Reducir el diferencial de tasas para crecer

Sebastian Bago, El presidente de Laboratorios Bagó plantea los problemas que enfrentan las compañías para crecer y fija su posición estratégica. En sus planes de expansión de largo plazo apunta a España y los Estados Unidos.

Es uno de los dirigentes más influyentes del país, conduce, conjuntamente con su hermano Juan Carlos, uno de las pocos grupos empresarios que quedan en manos de capitales nacionales y se destaca por sus aportes a la comunidad. Profesor universitario, fue durante muchos años miembro del consejo de administración de la Universidad Católica Argentina y mentor principal del complejo que esta casa de estudios construyó en Puerto Madero. Ejerce la vicepresidencia de la Fundación Invertir y fue uno de los miembros más activos de la Mediterránea.
Sebastián Bagó recibió a NEGOCIOS en su oficina donde, junto a un cuadro de Pérez Celis, cuelga un diploma que lo acredita como Officiel de la Légion D’ Honneur que otorga el gobierno de Francia y una carta de reconocimiento por su labor en la UCA del Cardenal Antonio Quarracino, en la que lo califica de “idealista empedernido”.
–En un momento en que se venden tantas empresas argentinas ¿cuáles son las claves de Laboratorio Bagó para permanecer invicta y expandirse cada vez más?
– El proceso de venta de empresas no está motivado por la estrategia propia del empresariado local. Un tema decisivo en este proceso es el diferencial de acceso a la tasa de interés entre un país y otro. Para tener futuro una compañía necesita crecer geográficamente y cuando el financiamiento es caro, la diferencia en la tasa de interés entre el mercado local y el internacional no sólo complica la expansión, también se convierte en un aliciente más para ser seducido por los compradores externos. Basta recordar la tasa a la que se financió Repsol para comprar YPF, una tasa que nadie consigue en la Argentina.
El otro elemento importante es que gran parte del comercio mundial se da en las industrias establecidas. Como la oferta está aumentando y se hace cada vez más difícil conseguir consumidores, no es fácil desplazar al que ya está consolidado en un mercado. Por eso, es necesario comprar market share y es ahí también donde tiene mucha importancia el problema del diferencial de las tasas de interés. Creo que hay una década para posicionarse, porque después va a ser mucho más difícil. Ganará aquél que tenga un mejor acceso a una baja tasa de interés y perderá el que no lo tenga.
– ¿Existe la posibilidad de acortar ese diferencial de tasa en uno o dos años?
– Sí. Creo que en menos de dos años, la Argentina llegará a ser investment grade. Pero esto no resuelve el problema que mencioné antes, aunque sí lo aminora.
– ¿Y cómo se resuelve?
– Las explicaciones no son del todo claras y si existiera una resolución fácil, ya la hubiera propuesto. Hay que trazar una estrategia global como país y analizar lo que han hecho otras naciones que, aunque tienen tasas de interés altas, logran que determinados sectores o empresas se financien a costos accesibles.
– ¿Qué implica desde el punto de vista del empresariado y del Gobierno?
– Es muy difícil instrumentar una política activa en este sentido. Quizás se deba establecer un mecanismo para que aquél que cumpla con ciertas condiciones, tenga la posibilidad de acceder a mejores condiciones de crédito.
– ¿Cree que falta decisión local?
– En primer lugar tenemos que atacar los problemas de los que somos responsables, como el hecho de trabajar más y mejor. Hay todo un tema que hace a la calidad. Lamentablemente en muchos productos, sobre todo en los derivados agrícolas, tenemos un público que no exige demasiada calidad. Hoy, cuando alguien va a la carnicería, pide un lomo; mi aspiración es que en el futuro ese mismo consumidor vaya y pida un lomo, por ejemplo, de Charolais criado en la costa y engordado con pasturas naturales. Como el consumidor no distingue, no paga la diferencia por algo mejor. Todo esto implica un gran desaliento para hacer un producto mejor. El sistema fomenta hacer más cantidad que calidad. Y en la medida en que no podamos diferenciar el producto, no vamos a sacar todo el provecho de los recursos naturales que tenemos.
– ¿Cuál es su opinión sobre el equipo económico y sobre el desempeño de Débora Giorgi en Industria?
–Tiene una gran receptividad a todas las ideas positivas y me parece excelente no sólo el equipo económico, sino todo el equipo de gobierno como conjunto. Es notable tanto la calidad humana como la profesional. Con respecto a Giorgi, me parece muy capaz e inteligente, y ya lo era en su época de estudiante.
– ¿Cómo ve al mercado farmacéutico en un año recesivo como éste y cómo lo compara con el ’99?
–El mercado total cayó en el primer trimestre de 1999 con relación al 98 un 6,7 por ciento (medido en unidades) y en los primeros meses de este año estamos cerca de un 2 por ciento por debajo del anterior. En marzo se vio una recuperación y las expectativas son de mejora, pero no hay duda de que el consumo ha decrecido. La Argentina tuvo un período muy bueno inmediatamente después de las elecciones, pero ahora se necesita mejorar el ánimo, ya que el país sigue teniendo posibilidades excelentes y muchas oportunidades.
– ¿Cuáles son los proyectos de Bagó?
–Hasta ahora estamos tratando de terminar nuestra expansión en América latina y de consolidarla. Pero proyectando hacia el futuro, en nuestro planeamiento estratégico de largo plazo debemos pensar en los estados del sur de los Estados Unidos; España, Francia e Italia como mercados naturales, y algunos en Asia, como Corea.
– ¿Cuáles son las prioridades de Laboratorios Bagó?
– Primero mantener la posición de mercado, que es la condición necesaria para crecer. Luego nos concentramos en la consolidación y expansión en América latina y también en la generación de nuevos conocimientos. Somos una de las pocas compañías latinoamericanas que han montado centros de investigación y han llegado a desarrollar moléculas propias.
– ¿Qué opinión tiene de la forma en que se encara la investigación y desarrollo en el país?
– Es necesario propender a una mayor interacción entre la comunidad investigativa, las universidades y las empresas industriales.
– ¿Cómo se prepara Bagó para la Ley de Patentes?
– La Argentina firmó un acuerdo y ese acuerdo debe cumplirse. Y nosotros, como empresa, declaramos públicamente que no íbamos a infringir las patentes.
– ¿Qué repercusión puede tener la posible incorporación de la cláusula de fabricación local?
– Creo que es un reclamo razonable, sobre todo porque la ley brasileña también lo exige. Sin embargo, creo que no se justifica generar un conflicto más fuerte, pues no arregla la vida de ningún laboratorio nacional y tampoco es un costo muy alto para quien debe explotar la patente, ya que no se le exige que fabrique en planta propia.
– ¿Cuánto más van a aumentar los precios de los medicamentos con la Ley de Patentes?
– En los últimos dos años las nuevas moléculas lanzadas ya vienen con un precio promedio mayor. No se va a dar una explosión, el incremento va a ser gradual.
– ¿Qué va a pasar con las obras sociales?
– No me gusta el esquema que se está mencionando de privatizar todo el sistema. Prefiero un sistema que promueva, premie y oriente a las obras sindicales a mejorar su servicio que a darlo vuelta completamente. La razón: no creo que la concentración sea la mejor solución. Siempre debe primar pensar en el servicio que se da al asociado.
– ¿Cuál es su opinión sobre la legislación laboral?
– No nos cambia la vida, ya que en Bagó tenemos poca rotación. La ley es un avance en un buen sentido pero tampoco hubiera hecho una gran batalla por ella. Creo que hay que buscar que cada uno se capacite más para aquello que se va a necesitar en el futuro y premiar al que es más eficiente y no al que ya tiene el privilegio de estar empleado. Es necesario hacer énfasis en la capacitación y en las oportunidades de trabajo para los jóvenes.

DOLORES PASMAN


Remedios con historia

La década del ’30 vivió el nacimiento de Laboratorios Bagó. Fue Don Sebastián Bagó, fundador de dicha empresa quien imaginó que su nombre recorrería América latina.
El reconocimiento empezó por casa: en los años ’40 se convirtió en el primer laboratorio que fraccionó antibióticos. Luego incursionó en la producción de materias primas y más tarde fue pionero en la exportación de tecnología. El crecimiento fue tal que llegó a ser líder en ventas en la Argentina.
Hoy, es la empresa latinoamericana con mayor cantidad de sedes propias (17) en la región y su facturación total asciende a 550 millones de dólares.
Sin embargo, la preocupación por rescatar los valores de la ética, cultura, tradición y el arte argentino sigue siendo clave para los hermanos Juan Carlos y Sebastián Bagó. Tanto es así que todos los años apoyan exposiciones como la Bienal de Arte Sacro y se dedican a la edición de distintos libros, entre los que figuran el Martín Fierro y Nuestra Argentina. “Estamos convencidos de que cuando un país se afirma a sí mismo, empieza a valorar y a apreciar más sus propias tradiciones”, concluye Sebastián Bagó.


Los players (participación porcentual)

(Ventas del mercado argentino por valores)
Roemmers 7,35
Bagó 5,03
Roche 4,77
Aventis Pharma 3,27
Novartis 3,66
(Ventas por grupo consolidado farmacéutico)
Grupo Roemmers 8,40
Roemmers 7,35
Labinca 1,05
Grupo Bagó 7,30
Bagó 5,03
Montpellier 2,27
Roche 4,77
Novartis 3,66
Aventis Pharma 3,27
Fuente: IMS (febrero de 2000)


El freno de la inseguridad

No todo son medicamentos en la vida de Sebastián Bagó. La cría de alevines de pejerrey es otra actividad que atrajo su interés. Impulsado por un amigo, Hernando Campos Menéndez, tras haber sembrado varias lagunas con alevines, en mayo del año pasado, cuando llegó el momento de pescar, decidió viajar para ver los frutos él mismo en el lugar. Pero el pique nunca llegó. Cansados de tirar las redes y no sacar nada, llegaron a la conclusión de que alguien se había metido en la laguna y había robado los peces, ratificando que la falta de seguridad es un impedimento recurrente para el desarrollo de las actividades productivas.

fuente: negocios.com.ar

Sebastian Bago, El presidente de Laboratorios Bagó plantea los problemas que enfrentan las compañías para crecer y fija su posición estratégica. En sus planes de expansión de largo plazo apunta a España y los Estados Unidos.

Es uno de los dirigentes más influyentes del país, conduce, conjuntamente con su hermano Juan Carlos, uno de las pocos grupos empresarios que quedan en manos de capitales nacionales y se destaca por sus aportes a la comunidad. Profesor universitario, fue durante muchos años miembro del consejo de administración de la Universidad Católica Argentina y mentor principal del complejo que esta casa de estudios construyó en Puerto Madero. Ejerce la vicepresidencia de la Fundación Invertir y fue uno de los miembros más activos de la Mediterránea.
Sebastián Bagó recibió a NEGOCIOS en su oficina donde, junto a un cuadro de Pérez Celis, cuelga un diploma que lo acredita como Officiel de la Légion D’ Honneur que otorga el gobierno de Francia y una carta de reconocimiento por su labor en la UCA del Cardenal Antonio Quarracino, en la que lo califica de “idealista empedernido”.
–En un momento en que se venden tantas empresas argentinas ¿cuáles son las claves de Laboratorio Bagó para permanecer invicta y expandirse cada vez más?
– El proceso de venta de empresas no está motivado por la estrategia propia del empresariado local. Un tema decisivo en este proceso es el diferencial de acceso a la tasa de interés entre un país y otro. Para tener futuro una compañía necesita crecer geográficamente y cuando el financiamiento es caro, la diferencia en la tasa de interés entre el mercado local y el internacional no sólo complica la expansión, también se convierte en un aliciente más para ser seducido por los compradores externos. Basta recordar la tasa a la que se financió Repsol para comprar YPF, una tasa que nadie consigue en la Argentina.
El otro elemento importante es que gran parte del comercio mundial se da en las industrias establecidas. Como la oferta está aumentando y se hace cada vez más difícil conseguir consumidores, no es fácil desplazar al que ya está consolidado en un mercado. Por eso, es necesario comprar market share y es ahí también donde tiene mucha importancia el problema del diferencial de las tasas de interés. Creo que hay una década para posicionarse, porque después va a ser mucho más difícil. Ganará aquél que tenga un mejor acceso a una baja tasa de interés y perderá el que no lo tenga.
– ¿Existe la posibilidad de acortar ese diferencial de tasa en uno o dos años?
– Sí. Creo que en menos de dos años, la Argentina llegará a ser investment grade. Pero esto no resuelve el problema que mencioné antes, aunque sí lo aminora.
– ¿Y cómo se resuelve?
– Las explicaciones no son del todo claras y si existiera una resolución fácil, ya la hubiera propuesto. Hay que trazar una estrategia global como país y analizar lo que han hecho otras naciones que, aunque tienen tasas de interés altas, logran que determinados sectores o empresas se financien a costos accesibles.
– ¿Qué implica desde el punto de vista del empresariado y del Gobierno?
– Es muy difícil instrumentar una política activa en este sentido. Quizás se deba establecer un mecanismo para que aquél que cumpla con ciertas condiciones, tenga la posibilidad de acceder a mejores condiciones de crédito.
– ¿Cree que falta decisión local?
– En primer lugar tenemos que atacar los problemas de los que somos responsables, como el hecho de trabajar más y mejor. Hay todo un tema que hace a la calidad. Lamentablemente en muchos productos, sobre todo en los derivados agrícolas, tenemos un público que no exige demasiada calidad. Hoy, cuando alguien va a la carnicería, pide un lomo; mi aspiración es que en el futuro ese mismo consumidor vaya y pida un lomo, por ejemplo, de Charolais criado en la costa y engordado con pasturas naturales. Como el consumidor no distingue, no paga la diferencia por algo mejor. Todo esto implica un gran desaliento para hacer un producto mejor. El sistema fomenta hacer más cantidad que calidad. Y en la medida en que no podamos diferenciar el producto, no vamos a sacar todo el provecho de los recursos naturales que tenemos.
– ¿Cuál es su opinión sobre el equipo económico y sobre el desempeño de Débora Giorgi en Industria?
–Tiene una gran receptividad a todas las ideas positivas y me parece excelente no sólo el equipo económico, sino todo el equipo de gobierno como conjunto. Es notable tanto la calidad humana como la profesional. Con respecto a Giorgi, me parece muy capaz e inteligente, y ya lo era en su época de estudiante.
– ¿Cómo ve al mercado farmacéutico en un año recesivo como éste y cómo lo compara con el ’99?
–El mercado total cayó en el primer trimestre de 1999 con relación al 98 un 6,7 por ciento (medido en unidades) y en los primeros meses de este año estamos cerca de un 2 por ciento por debajo del anterior. En marzo se vio una recuperación y las expectativas son de mejora, pero no hay duda de que el consumo ha decrecido. La Argentina tuvo un período muy bueno inmediatamente después de las elecciones, pero ahora se necesita mejorar el ánimo, ya que el país sigue teniendo posibilidades excelentes y muchas oportunidades.
– ¿Cuáles son los proyectos de Bagó?
–Hasta ahora estamos tratando de terminar nuestra expansión en América latina y de consolidarla. Pero proyectando hacia el futuro, en nuestro planeamiento estratégico de largo plazo debemos pensar en los estados del sur de los Estados Unidos; España, Francia e Italia como mercados naturales, y algunos en Asia, como Corea.
– ¿Cuáles son las prioridades de Laboratorios Bagó?
– Primero mantener la posición de mercado, que es la condición necesaria para crecer. Luego nos concentramos en la consolidación y expansión en América latina y también en la generación de nuevos conocimientos. Somos una de las pocas compañías latinoamericanas que han montado centros de investigación y han llegado a desarrollar moléculas propias.
– ¿Qué opinión tiene de la forma en que se encara la investigación y desarrollo en el país?
– Es necesario propender a una mayor interacción entre la comunidad investigativa, las universidades y las empresas industriales.
– ¿Cómo se prepara Bagó para la Ley de Patentes?
– La Argentina firmó un acuerdo y ese acuerdo debe cumplirse. Y nosotros, como empresa, declaramos públicamente que no íbamos a infringir las patentes.
– ¿Qué repercusión puede tener la posible incorporación de la cláusula de fabricación local?
– Creo que es un reclamo razonable, sobre todo porque la ley brasileña también lo exige. Sin embargo, creo que no se justifica generar un conflicto más fuerte, pues no arregla la vida de ningún laboratorio nacional y tampoco es un costo muy alto para quien debe explotar la patente, ya que no se le exige que fabrique en planta propia.
– ¿Cuánto más van a aumentar los precios de los medicamentos con la Ley de Patentes?
– En los últimos dos años las nuevas moléculas lanzadas ya vienen con un precio promedio mayor. No se va a dar una explosión, el incremento va a ser gradual.
– ¿Qué va a pasar con las obras sociales?
– No me gusta el esquema que se está mencionando de privatizar todo el sistema. Prefiero un sistema que promueva, premie y oriente a las obras sindicales a mejorar su servicio que a darlo vuelta completamente. La razón: no creo que la concentración sea la mejor solución. Siempre debe primar pensar en el servicio que se da al asociado.
– ¿Cuál es su opinión sobre la legislación laboral?
– No nos cambia la vida, ya que en Bagó tenemos poca rotación. La ley es un avance en un buen sentido pero tampoco hubiera hecho una gran batalla por ella. Creo que hay que buscar que cada uno se capacite más para aquello que se va a necesitar en el futuro y premiar al que es más eficiente y no al que ya tiene el privilegio de estar empleado. Es necesario hacer énfasis en la capacitación y en las oportunidades de trabajo para los jóvenes.

DOLORES PASMAN


Remedios con historia

La década del ’30 vivió el nacimiento de Laboratorios Bagó. Fue Don Sebastián Bagó, fundador de dicha empresa quien imaginó que su nombre recorrería América latina.
El reconocimiento empezó por casa: en los años ’40 se convirtió en el primer laboratorio que fraccionó antibióticos. Luego incursionó en la producción de materias primas y más tarde fue pionero en la exportación de tecnología. El crecimiento fue tal que llegó a ser líder en ventas en la Argentina.
Hoy, es la empresa latinoamericana con mayor cantidad de sedes propias (17) en la región y su facturación total asciende a 550 millones de dólares.
Sin embargo, la preocupación por rescatar los valores de la ética, cultura, tradición y el arte argentino sigue siendo clave para los hermanos Juan Carlos y Sebastián Bagó. Tanto es así que todos los años apoyan exposiciones como la Bienal de Arte Sacro y se dedican a la edición de distintos libros, entre los que figuran el Martín Fierro y Nuestra Argentina. “Estamos convencidos de que cuando un país se afirma a sí mismo, empieza a valorar y a apreciar más sus propias tradiciones”, concluye Sebastián Bagó.


Los players (participación porcentual)

(Ventas del mercado argentino por valores)
Roemmers 7,35
Bagó 5,03
Roche 4,77
Aventis Pharma 3,27
Novartis 3,66
(Ventas por grupo consolidado farmacéutico)
Grupo Roemmers 8,40
Roemmers 7,35
Labinca 1,05
Grupo Bagó 7,30
Bagó 5,03
Montpellier 2,27
Roche 4,77
Novartis 3,66
Aventis Pharma 3,27
Fuente: IMS (febrero de 2000)


El freno de la inseguridad

No todo son medicamentos en la vida de Sebastián Bagó. La cría de alevines de pejerrey es otra actividad que atrajo su interés. Impulsado por un amigo, Hernando Campos Menéndez, tras haber sembrado varias lagunas con alevines, en mayo del año pasado, cuando llegó el momento de pescar, decidió viajar para ver los frutos él mismo en el lugar. Pero el pique nunca llegó. Cansados de tirar las redes y no sacar nada, llegaron a la conclusión de que alguien se había metido en la laguna y había robado los peces, ratificando que la falta de seguridad es un impedimento recurrente para el desarrollo de las actividades productivas.

fuente: negocios.com.ar

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