Negocios en Argentina

Daniel Marx: "La Argentina no es tan vulnerable"
Frente al reciente sacudón de los mercados, el secretario de Finanzas no espera un escenario dramático, pero afirma que llegar al investment grade en dos años es fijarse un plazo ambicioso.

Es economista. Fue banquero. Por sus manos pasó la negociación de la deuda externa argentina a fines de los ’80. Como fruto de esa experiencia, se sumó a un fondo de inversión, donde Nicholas Brady –ex secretario del Tesoro de los Estados Unidos– también hizo su aporte.
“Empecé a trabajar en el Gobierno porque estaba muy preocupado por el futuro. Aunque en el sector privado estaba bien, veía que la cosa venía muy mal. Era como vivir en un camarote de lujo en el Titanic, por mejor que estuviera mi camarote, el barco se iba a hundir”, sintetiza.
Tras su primer paso como funcionario, Daniel Marx volvió al sector privado: estaba al frente de MBA (Merchant Bankers Asociados) antes de sumarse al gabinete de José Luis Machinea. Si bien confiesa que “es muy bueno tener experiencias complementarias y no congelarse”, en su discurso hay un tono algo distante para alguien que es parte de la gestión de gobierno.
–¿La alta volatilidad de los mercados impide que siga bajando la tasa de la deuda argentina?
–Sí, es difícil que baje la sobretasa para la deuda argentina. De todas maneras, hay que seguir observando la tendencia y la tendencia ha sido hacia la baja. Yo esperaría que no se interrumpa, aunque seguramente no nos vamos a encontrar con unas caídas tan fuertes como tuvimos al principio.
–El Presidente aspiraba a que la Argentina fuera investment grade en dos años, ¿siguen reafirmando ese objetivo?
–Es un objetivo del país, no sólo del Gobierno. Se está trabajando en ese sentido.
–¿Pero se puede cumplir ese plazo?
–Los plazos no dependen exclusivamente de uno. Creo que es un plazo ambicioso.
–¿Ambicioso o voluntarista?
–Ambicioso.
–¿Se va a mantener el nivel de endeudamiento actual?
–La Argentina ha logrado en sus colocaciones tasas de interés que resultaron menos volátiles que las del mercado secundario. No esperaría cambios sustanciales. De todas maneras, si se producen cambios muy drásticos, tenemos una serie de facilidades que no nos obligan a estar en el mercado convalidando esas tasas. Tenemos líneas contingentes y prefinanciamiento disponible (se refiere a los fondos comprometidos por el FMI).
–A la fecha, ¿qué cantidad de financiamiento está cubierto?
–Algo más de 40 por ciento. Representa casi unos 9 mil millones. El programa total son 17.500 millones, incluye líneas del Banco Mundial y del encaje.
–¿Qué escenario se plantean para el segundo semestre? ¿Greenspan subirá o no la tasa?
–Esperamos un escenario más tranquilo, no dramático. Si se da un escenario dramático, tenemos medidas tomadas que nos hacen menos vulnerables.
–¿Cuál es el plan B si aumenta la volatilidad?
–Las líneas contingentes.
–Supongamos que el escenario externo es el peor ¿Cómo hace la Argentina para diferenciarse?
–La Argentina es menos vulnerable que muchos otros países. Tiene ingresos como país que son menos volátiles. Si bien uno puede decir que los precios de los alimentos han caído, los volúmenes de demanda son estables. Sería menos volátil que en un caso de depresión mundial. Segundo, desde lo financiero en si mismo, tenemos la línea de contigencia, que pocos países han montado de esa manera. Tenemos un mercado donde los vencimientos de corto plazo son mucho más controlados y menores que en otros países. Y tenemos una demanda natural, de fondos de pensión y otros mecanismos que están generados institucionalmente que hace que la situación no sea tan dramática como podría llegar a serlo en otros lados.
–¿Cuánto paga la Argentina en intereses de deuda?
–Más de 9 mil y pico de millones. Eso va creciendo por distintas razones, yo creo que vamos a estabilizar. El hecho de que la Argentina tenga déficit y que haya que financiarlo, aumenta la cuenta de intereses.
–Cuando el Estado coloca tanta deuda entre los bancos, ¿qué espacio queda para que tomen crédito los privados?
–Ese es un análisis liviano. Tenemos como misión cuidar el crédito del Estado y ésto depende, entre muchas cosas, de sus propias reservas. El prefinanciamiento que tenía el Gobierno a fin del año pasado eran 800 millones. Era importante revertir, crear un poco más de reservas en ese frente y al crear más reservas, había que tomar plata. Estamos gastando lo que no teníamos, estábamos gastando de manera relevante las reservas. Además, los bancos han comprado títulos en el mercado secundario. No es que emitiendo se ejerce gran presión para que los bancos no presten al sector pivado. Esa acusación es relativamente irresponsable.
–¿Por qué cree usted que los bancos le prestan cada vez menos plata a las empresas?
–Ellos dicen que hay poca demanda. El sector privado –empresas e individuos– ha estado cauteloso. Pero nosotros vemos que todos somos sensibles a la tasa de interés. Y más, a medida que las caídas de las tasas que la Argentina tuvo empezaron a pasar al público. La demanda aumentó sustancialmente.
–¿Y cómo se revierte esta situación de que el Estado es mejor cliente que las empresas para los bancos?
–Por eso hay diferenciales de tasas de interés. El Estado no tiene el rol de pedirle a los bancos que le compren títulos. Se está emitiendo menos que en años anteriores.
–¿A la Argentina le falta un mercado de capitales? Usted dijo que había que repensar la Bolsa de Valores...
–Hemos invitado a los actores a reflexionar sobre el tema. Empezamos por lo más básico: la infraestructura. Concretamente, al sistema de pagos; estamos reforzando los mecanismos del sistema de pagos. Tan simple como eso.
–¿Qué quieren modificar?
–Que la gente pueda comprar y vender las transacciones sin asumir riesgo sistémico. Quizás para un individuo no se note tanto, pero cuando se trata de grandes volúmenes, se nota mucho. También convocamos a abogados de gran reputación para que nos ayuden a la ley de transparencia. Y nos ayuden en la revisión de todos los otros mecanismos que hacen a tener un mercado de capitales creíble: defensa de las minorías, defensa de derechos creditorios en casos de quiebras, reducir incertudimbres.
–¿En qué estado está la ley de transparencia?
–Está en un borrador, que todavía está siendo analizado.
–¿Cuáles serían los tres puntos principales?
–Atiende estos temas. Convocamos a especialistas para ver todos los cambios en los mercados de capitales, que son veloces y relevantes, y cómo hacer para que el mercado argentino se conecte con el resto del mundo. Aquí hay que diferenciar dos partes: una de apertura, en la que se está muy avanzado y la segunda de competitividad, que está mal. Queremos ver cómo hacemos una conexión efectiva logrando mecanismos competitivos. Y esto es cómo se genera liquidez aquí, como son los sistemas de comisiones.
–¿Todo eso hay que reverlo? ¿No está desregulado?
–Hubo un avance, pero no alcanza...
–¿Dónde está el esfuerzo por parte de ustedes?
–Algunos nos acusan de meternos demasiado.
–¿Quiénes?
–Varios de los involucrados.
–¿Por qué los funcionarios tienen mucha cautela cuando hablan tratando de demostrar que no son intervencionistas?
–Nosotros buscamos el interés común.
–¿Usted recomendaría tan enfáticamente como José Luis Machinea la toma de un crédito hipotecario?
–Hay que mirarlo desde el punto de vista de las condiciones de crédito, depende de la situación de ingresos de cada uno.
–¿Hay que endeudarse o no?
–Depende para qué. Depende de la situación personal.
–¿No hay un contexto de país que invite a tomar créditos?
–El contexto está relativamente tranquilo. Hay que ver la relación de cada uno.o

MARTIN BIDEGARAY y ANDREA RODRIGUEZ PERES
Fotos: Antonio Pinta


Los bancos prestan, pero afuera

–Por qué cree que están frenadas las emisiones de ONs de empresas privadas?
–Hay muchas razones, son todas bastante profundas. Uno, están evaluando sus planes de inversión. Y el público está evaluando comprar, financiado o no, pero esto demuestra que hay sensibilidad con respecto a la tasa de interés. A medida que los bancos bajaron de manera sustancial el costo de sus créditos, la demanda se multiplicó por 3 o por 5.
–Pero un crédito es una herramienta y una emisión de Obligaciones es otra bien distinta...
–Tenemos otros temas vinculados al costo relativo de endeudamiento. No es sólo por las tasas de interés, sino también por los impuestos vinculados. Esto creo que hizo que varias empresas repensaran su programa de emisión de ONs y pensaran también cómo van a financiarse. Tenemos temas regulatorios, los bancos están crecientemente haciendo arbitraje regulatorio.
–¿De qué se trata?
–Es un poco complejo. Vemos que hay bancos que tomando el mismo riesgo de crédito en la Argentina tienen requerimientos de costos de capital superiores a otro país. El mismo banco, a mismo riesgo de crédito, si presta en la Argentina tiene 11,5 por ciento de requerimiento de capital. En cambio, si presta en Uruguay o los Estados Unidos tiene 8 por ciento.
–¿De quién es la culpa?
–Son temas regulatorios, yo creo que los bancos están prestando al sector privado fuera de la Argentina.
–¿Y ustedes están revisando las regulaciones?
–Sí.
–¿Qué están haciendo?
–El Banco Central anunció que va a poner en línea las regulaciones argentinas con las del resto del mundo.


Antes y ahora

Marx fue funcionario de Carlos Menem. Y ahora es uno de las caras económicas de Fernando de la Rúa. Entre ambas gestiones, hay contrastes. “Con Menem, la situación era muy adversa internacionalmente. Ahora, no hay una situación manifiesta de crisis. Por otra parte, eso lo hace más difícil, porque cuando la situación es dramática, todo el mundo se enfoca en determinadas cosas”, detalla.
El economista se resiste a puntualizar los contrastes personales entre el actual Gobierno y el anterior. “Es demasiado temprano para comentar las diferencias. Hoy el poder está mucho más difuso de lo que estaba a principios de la década del ’90. El trabajo es mucho más fino y el poder, mucho más atomizado”, sentencia.
La nueva situación conlleva sus ventajas. “Es una era más institucional, menos sujeta al carisma de las personas. Y es mejor, porque hoy la Argentina es más seria que hace 10 años”.

fuente: negocios.com.ar

Daniel Marx: "La Argentina no es tan vulnerable"
Frente al reciente sacudón de los mercados, el secretario de Finanzas no espera un escenario dramático, pero afirma que llegar al investment grade en dos años es fijarse un plazo ambicioso.

Es economista. Fue banquero. Por sus manos pasó la negociación de la deuda externa argentina a fines de los ’80. Como fruto de esa experiencia, se sumó a un fondo de inversión, donde Nicholas Brady –ex secretario del Tesoro de los Estados Unidos– también hizo su aporte.
“Empecé a trabajar en el Gobierno porque estaba muy preocupado por el futuro. Aunque en el sector privado estaba bien, veía que la cosa venía muy mal. Era como vivir en un camarote de lujo en el Titanic, por mejor que estuviera mi camarote, el barco se iba a hundir”, sintetiza.
Tras su primer paso como funcionario, Daniel Marx volvió al sector privado: estaba al frente de MBA (Merchant Bankers Asociados) antes de sumarse al gabinete de José Luis Machinea. Si bien confiesa que “es muy bueno tener experiencias complementarias y no congelarse”, en su discurso hay un tono algo distante para alguien que es parte de la gestión de gobierno.
–¿La alta volatilidad de los mercados impide que siga bajando la tasa de la deuda argentina?
–Sí, es difícil que baje la sobretasa para la deuda argentina. De todas maneras, hay que seguir observando la tendencia y la tendencia ha sido hacia la baja. Yo esperaría que no se interrumpa, aunque seguramente no nos vamos a encontrar con unas caídas tan fuertes como tuvimos al principio.
–El Presidente aspiraba a que la Argentina fuera investment grade en dos años, ¿siguen reafirmando ese objetivo?
–Es un objetivo del país, no sólo del Gobierno. Se está trabajando en ese sentido.
–¿Pero se puede cumplir ese plazo?
–Los plazos no dependen exclusivamente de uno. Creo que es un plazo ambicioso.
–¿Ambicioso o voluntarista?
–Ambicioso.
–¿Se va a mantener el nivel de endeudamiento actual?
–La Argentina ha logrado en sus colocaciones tasas de interés que resultaron menos volátiles que las del mercado secundario. No esperaría cambios sustanciales. De todas maneras, si se producen cambios muy drásticos, tenemos una serie de facilidades que no nos obligan a estar en el mercado convalidando esas tasas. Tenemos líneas contingentes y prefinanciamiento disponible (se refiere a los fondos comprometidos por el FMI).
–A la fecha, ¿qué cantidad de financiamiento está cubierto?
–Algo más de 40 por ciento. Representa casi unos 9 mil millones. El programa total son 17.500 millones, incluye líneas del Banco Mundial y del encaje.
–¿Qué escenario se plantean para el segundo semestre? ¿Greenspan subirá o no la tasa?
–Esperamos un escenario más tranquilo, no dramático. Si se da un escenario dramático, tenemos medidas tomadas que nos hacen menos vulnerables.
–¿Cuál es el plan B si aumenta la volatilidad?
–Las líneas contingentes.
–Supongamos que el escenario externo es el peor ¿Cómo hace la Argentina para diferenciarse?
–La Argentina es menos vulnerable que muchos otros países. Tiene ingresos como país que son menos volátiles. Si bien uno puede decir que los precios de los alimentos han caído, los volúmenes de demanda son estables. Sería menos volátil que en un caso de depresión mundial. Segundo, desde lo financiero en si mismo, tenemos la línea de contigencia, que pocos países han montado de esa manera. Tenemos un mercado donde los vencimientos de corto plazo son mucho más controlados y menores que en otros países. Y tenemos una demanda natural, de fondos de pensión y otros mecanismos que están generados institucionalmente que hace que la situación no sea tan dramática como podría llegar a serlo en otros lados.
–¿Cuánto paga la Argentina en intereses de deuda?
–Más de 9 mil y pico de millones. Eso va creciendo por distintas razones, yo creo que vamos a estabilizar. El hecho de que la Argentina tenga déficit y que haya que financiarlo, aumenta la cuenta de intereses.
–Cuando el Estado coloca tanta deuda entre los bancos, ¿qué espacio queda para que tomen crédito los privados?
–Ese es un análisis liviano. Tenemos como misión cuidar el crédito del Estado y ésto depende, entre muchas cosas, de sus propias reservas. El prefinanciamiento que tenía el Gobierno a fin del año pasado eran 800 millones. Era importante revertir, crear un poco más de reservas en ese frente y al crear más reservas, había que tomar plata. Estamos gastando lo que no teníamos, estábamos gastando de manera relevante las reservas. Además, los bancos han comprado títulos en el mercado secundario. No es que emitiendo se ejerce gran presión para que los bancos no presten al sector pivado. Esa acusación es relativamente irresponsable.
–¿Por qué cree usted que los bancos le prestan cada vez menos plata a las empresas?
–Ellos dicen que hay poca demanda. El sector privado –empresas e individuos– ha estado cauteloso. Pero nosotros vemos que todos somos sensibles a la tasa de interés. Y más, a medida que las caídas de las tasas que la Argentina tuvo empezaron a pasar al público. La demanda aumentó sustancialmente.
–¿Y cómo se revierte esta situación de que el Estado es mejor cliente que las empresas para los bancos?
–Por eso hay diferenciales de tasas de interés. El Estado no tiene el rol de pedirle a los bancos que le compren títulos. Se está emitiendo menos que en años anteriores.
–¿A la Argentina le falta un mercado de capitales? Usted dijo que había que repensar la Bolsa de Valores...
–Hemos invitado a los actores a reflexionar sobre el tema. Empezamos por lo más básico: la infraestructura. Concretamente, al sistema de pagos; estamos reforzando los mecanismos del sistema de pagos. Tan simple como eso.
–¿Qué quieren modificar?
–Que la gente pueda comprar y vender las transacciones sin asumir riesgo sistémico. Quizás para un individuo no se note tanto, pero cuando se trata de grandes volúmenes, se nota mucho. También convocamos a abogados de gran reputación para que nos ayuden a la ley de transparencia. Y nos ayuden en la revisión de todos los otros mecanismos que hacen a tener un mercado de capitales creíble: defensa de las minorías, defensa de derechos creditorios en casos de quiebras, reducir incertudimbres.
–¿En qué estado está la ley de transparencia?
–Está en un borrador, que todavía está siendo analizado.
–¿Cuáles serían los tres puntos principales?
–Atiende estos temas. Convocamos a especialistas para ver todos los cambios en los mercados de capitales, que son veloces y relevantes, y cómo hacer para que el mercado argentino se conecte con el resto del mundo. Aquí hay que diferenciar dos partes: una de apertura, en la que se está muy avanzado y la segunda de competitividad, que está mal. Queremos ver cómo hacemos una conexión efectiva logrando mecanismos competitivos. Y esto es cómo se genera liquidez aquí, como son los sistemas de comisiones.
–¿Todo eso hay que reverlo? ¿No está desregulado?
–Hubo un avance, pero no alcanza...
–¿Dónde está el esfuerzo por parte de ustedes?
–Algunos nos acusan de meternos demasiado.
–¿Quiénes?
–Varios de los involucrados.
–¿Por qué los funcionarios tienen mucha cautela cuando hablan tratando de demostrar que no son intervencionistas?
–Nosotros buscamos el interés común.
–¿Usted recomendaría tan enfáticamente como José Luis Machinea la toma de un crédito hipotecario?
–Hay que mirarlo desde el punto de vista de las condiciones de crédito, depende de la situación de ingresos de cada uno.
–¿Hay que endeudarse o no?
–Depende para qué. Depende de la situación personal.
–¿No hay un contexto de país que invite a tomar créditos?
–El contexto está relativamente tranquilo. Hay que ver la relación de cada uno.o

MARTIN BIDEGARAY y ANDREA RODRIGUEZ PERES
Fotos: Antonio Pinta


Los bancos prestan, pero afuera

–Por qué cree que están frenadas las emisiones de ONs de empresas privadas?
–Hay muchas razones, son todas bastante profundas. Uno, están evaluando sus planes de inversión. Y el público está evaluando comprar, financiado o no, pero esto demuestra que hay sensibilidad con respecto a la tasa de interés. A medida que los bancos bajaron de manera sustancial el costo de sus créditos, la demanda se multiplicó por 3 o por 5.
–Pero un crédito es una herramienta y una emisión de Obligaciones es otra bien distinta...
–Tenemos otros temas vinculados al costo relativo de endeudamiento. No es sólo por las tasas de interés, sino también por los impuestos vinculados. Esto creo que hizo que varias empresas repensaran su programa de emisión de ONs y pensaran también cómo van a financiarse. Tenemos temas regulatorios, los bancos están crecientemente haciendo arbitraje regulatorio.
–¿De qué se trata?
–Es un poco complejo. Vemos que hay bancos que tomando el mismo riesgo de crédito en la Argentina tienen requerimientos de costos de capital superiores a otro país. El mismo banco, a mismo riesgo de crédito, si presta en la Argentina tiene 11,5 por ciento de requerimiento de capital. En cambio, si presta en Uruguay o los Estados Unidos tiene 8 por ciento.
–¿De quién es la culpa?
–Son temas regulatorios, yo creo que los bancos están prestando al sector privado fuera de la Argentina.
–¿Y ustedes están revisando las regulaciones?
–Sí.
–¿Qué están haciendo?
–El Banco Central anunció que va a poner en línea las regulaciones argentinas con las del resto del mundo.


Antes y ahora

Marx fue funcionario de Carlos Menem. Y ahora es uno de las caras económicas de Fernando de la Rúa. Entre ambas gestiones, hay contrastes. “Con Menem, la situación era muy adversa internacionalmente. Ahora, no hay una situación manifiesta de crisis. Por otra parte, eso lo hace más difícil, porque cuando la situación es dramática, todo el mundo se enfoca en determinadas cosas”, detalla.
El economista se resiste a puntualizar los contrastes personales entre el actual Gobierno y el anterior. “Es demasiado temprano para comentar las diferencias. Hoy el poder está mucho más difuso de lo que estaba a principios de la década del ’90. El trabajo es mucho más fino y el poder, mucho más atomizado”, sentencia.
La nueva situación conlleva sus ventajas. “Es una era más institucional, menos sujeta al carisma de las personas. Y es mejor, porque hoy la Argentina es más seria que hace 10 años”.

fuente: negocios.com.ar

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